Se entiende por detección de incendios al hecho de descubrir y avisar que hay un incendio en un determinado lugar.
Las características últimas que debe valorar cualquier sistema de detección en su conjunto son la rapidez y la fiabilidad en la detección. De la rapidez dependerá la demora en la puesta en marcha del plan de emergencia y por lo tanto sus posibilidades de éxito; la fiabilidad es imprescindible para evitar que las falsas alarmas quiten credibilidad y confianza al sistema, lo que desembocaría en una pérdida de rapidez en la puesta en marcha del plan de emergencia.
ELECCIÓN DE SISTEMAS DE DETECCIÓN DE INCENDIOS
La detección de un incendio se puede realizar por:
Detección humana
Instalación de detección automática
Sistemas mixtos
La elección del sistema de detección viene condicionada por:
Las pérdidas humanas o materiales en juego
La posibilidad de vigilancia constante y total por personas
La rapidez requerida
La fiabilidad requerida
Su coherencia con el resto del plan de emergencia
Su coste económico.
Hay ocasiones en que los factores de decisión se limitan: por ejemplo, en un lugar donde raramente entran personas, o un lugar inaccesible (por ejemplo un almacén paletizado), la detección humana queda descartada y por tanto la decisión queda limitada a instalar detección automática o no disponer de detección.
DETECCIÓN HUMANA
La detección queda confiada a las personas. Durante el día, si hay presencia continuada de personas en densidad suficiente y en las distintas áreas, la detección rápida del incendio queda asegurada en todas las zonas o áreas visibles (no así en zonas "escondidas").
Durante la noche la tarea de detección se confía al servicio de vigilancia mediante rondas estratégicas cada cierto tiempo. Salvo que el vigilante sea persona de confianza, debe supervisarse necesariamente su labor de vigilancia (detección). Este control se efectúa, por ejemplo, obligando a fichar cada cierto tiempo en su reloj, cuya llave de accionamiento está situada en puntos clave del recorrido de vigilancia. La ficha impresa por el reloj permite determinar si se han realizado las rondas previstas.
Es obvio que la rapidez de detección en este caso es baja, pudiendo alcanzar una demora igual al tiempo entre rondas.
Es imprescindible una correcta formación del vigilante en materia de incendio pues es el primer y principal eslabón del plan de emergencia.
DETECCIÓN AUTOMÁTICA DE INCENDIOS
Las instalaciones fijas de detección de incendios permiten la detección y localización automática del incendio, así como la puesta en marcha automática de aquellas secuencias del plan de alarma incorporadas a la central de detección.
En general la rapidez de detección es superior a la detección por vigilante, si bien caben las detecciones erróneas. Pueden vigilar permanentemente zonas inaccesibles a la detección humana.
Normalmente la central está supervisada por un vigilante en un puesto de control, si bien puede programarse para actuar automáticamente si no existe esta vigilancia o si el vigilante no actúa correctamente según el plan preestablecido (plan de alarma programable).
El sistema debe poseer seguridad de funcionamiento por lo que necesariamente debe auto-vigilarse. Además una correcta instalación debe tener cierta capacidad de adaptación a los cambios.
En la figura 1 se aprecia un esquema genérico de una instalación automática de detección y de una posible secuencia funcional para la misma. Sus componentes principales son:
En la figura 1 se aprecia un esquema genérico de una instalación automática de detección y de una posible secuencia funcional para la misma. Sus componentes principales son:
Detectores automáticos
Pulsadores manuales
Central de señalización y mando a distancia
Líneas
Aparatos auxiliares: alarma general, teléfono directo a bomberos, accionamiento sistemas extinción
TIPOS DE DETECTORES
Los detectores son los elementos que detectan el fuego a través de alguno de los fenómenos que le acompañan: gases, humos, temperaturas o radiación UV, visible o infrarroja. Según el fenómeno que detectan se denominan:
Detector de gases de combustión iónico (humos visibles o invisibles)
Detector óptico de humos (humos visibles)
Detector de temperatura:
Fija
Termovelocimétrico
Detector de radiaciones
Ultravioleta
Infrarroja (llama)
Como los fenómenos detectados aparecen sucesivamente después de iniciado un incendio, la detección de un detector de gases o humos es más rápida que la de un detector de temperatura (que precisa que el fuego haya tomado un cierto incremento antes de detectarlo).
En la figura 2 se esquematiza la fase del incendio en que actúa cada tipo de detector. La curva corresponde al incendio iniciado por sólidos con fuego de incubación.
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