Las
empresas se enfrentan actualmente a un nuevo reto: el “desarrollo verde”.
General y ampliamente aceptada como una necesidad, la preservación del medio
ambiente produce efectos notables sobre la economía. En el mundo se
desarrollan e implementan a diario alternativas energéticas y políticas fiscales
que promueven la transformación de las actividades de construcción y de
producción. Pero ¿cuál será el impacto de todo esto sobre la seguridad y la
salud en el trabajo?
La
prevención de riesgos laborales y el desarrollo sostenible tienen objetivos
similares. Se trata de anticipar el impacto potencialmente negativo de las
decisiones y acciones emprendidas, tanto por las empresas y organizaciones como
por las administraciones públicas o colectividades territoriales. El objetivo
de la prevención de riesgos laborales es preservar la salud y la seguridad de los
empleados, mientras que el del desarrollo sostenible consiste en proteger a la
sociedad y al medio ambiente.
La
dificultad surge precisamente de esta diferencia de ámbito y de un desfasaje en
el tiempo, ya que las primeras disposiciones legales para la protección de los
trabajadores tienen más cuarenta años en nuestro país, mientras que las que se
refieren al medio ambiente son recientes; el concepto “desarrollo sostenible”
apareció en 1987.
Los
avances en materia de prevención de riesgos laborales están directamente
relacionados con el reconocimiento de la responsabilidad de las empresas en los
accidentes de trabajo y en las enfermedades profesionales. Definiendo con
precisión el concepto de responsabilidad social corporativa, y estableciendo un
marco director para la acción preventiva, la norma internacional ISO 26000,
aprobada el 1 de noviembre de 2010, sigue el mismo criterio.
La
responsabilidad social de una empresa u organización refleja su voluntad de
asumir la responsabilidad de los impactos de sus decisiones o actividades sobre
la sociedad. Pero el ejercicio de esta responsabilidad debe ir mucho más allá
del mero intento de “pintar de verde” la imagen de marca de las empresas
comerciales. La comunicación centrada únicamente en argumentos ambientales
olvida a menudo las cuestiones de seguridad y salud de los empleados.
No
se trata de aplicar diversos principios de una manera abstracta; principios
generales de prevención en el caso de los riesgos laborales, o cuestiones
centrales de la responsabilidad social corporativa en el caso del desarrollo
sostenible. En el seno de la empresa, si se quiere verdaderamente aplicar un
enfoque de desarrollo sostenible, primero hay que avanzar en el control de los
riesgos laborales. La responsabilidad social no tiene sentido si se soslaya la
prevención de riesgos laborales. Su gestión estratégica y su buen gobierno
deben integrar este nuevo concepto.
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