Concepto creado en 1993 por el investigador británico John Anthony Allan. Puede calcular si un país es exportador o importador de agua, e incluso se puede orientar el comercio siguiendo estos modelos para hacer más racional el uso que le damos a este bien escaso.
Consumimos agua cuando comemos, escribimos en una hoja, cuando nos vestimos, o cuando compramos cualquier producto. En todo hay un gasto de agua, y es importante conocer bien nuestras necesidades para adelantarnos a posibles carencias, y para adaptar nuestras políticas industriales.
A nivel global, la agricultura es el primer sector económico en cuanto al uso de agua y el intercambio de productos agrícolas constituye el elemento principal del comercio del agua virtual. El comercio de carne también es importante en términos de comercio global de agua virtual.
Este término, acuñado en 2002 por el profesor Arjen Hoekstra de UNESCO-IHE como un indicador del uso del agua, define al volumen total de agua dulce utilizado por una empresa para producir sus bienes y servicios, o consumidos por un individuo o comunidad. Tiene en cuenta tanto el uso directo como indirecto del agua. Se mide en el volumen de agua consumida, evaporada o contaminada, ya sea por unidad de tiempo para individuos y comunidades, o por unidad de masa para empresas. La huella de agua se puede calcular para cualquier grupo definido de consumidores. Es un indicador geográfico, que no solo muestra volúmenes de uso y contaminación de agua, sino también las ubicaciones.
A diferencia del agua virtual, clasifica las fuentes de agua en tres componentes: el agua azul, el agua verde y el agua gris.
La huella de agua azul es el volumen de agua dulce consumida de los recursos hídricos del planeta (aguas superficiales y subterráneas).
La huella del agua verde es el volumen de agua evaporada de los recursos hídricos del planeta (agua de lluvia almacenada en el suelo como humedad).
La huella de agua gris es el volumen de agua contaminada que se asocia con la producción de los bienes y servicios. Este último puede ser estimado como el volumen de agua que se requiere para diluir los contaminantes hasta el punto de que la calidad del agua se mantiene en o por encima de las normas acordadas de calidad del agua.
La huella hídrica puede ser interna, cuando se tiene en cuenta el agua procedente de los recursos nacionales de un país, ó externa, cuando se toma en consideración la cantidad de agua necesaria para desarrollar los productos o servicios consumidos en un país, cuando éstos han sido producidos en el exterior. El uso de recursos hídricos suelen referirse, esencialmente, a usos agrícolas, industriales y domésticos.
Para conocer tu propia Huella Hídrica: http://www.waterfootprint.org/?page=cal/WaterFootprintCalculator
El interés por la huella hídrica se origina en el reconocimiento de que los problemas hídricos están a menudo íntimamente relacionados con la estructura de la economía mundial. Muchos países han externalizado significativamente su huella hídrica al importar bienes de otros lugares donde requieren un alto contenido de agua para su producción. Este hecho genera una importante presión en los recursos hídricos en las regiones exportadoras, donde muy a menudo existe una carencia de mecanismos para una buena gobernanza y conservación de los recursos hídricos. Pero no solo los gobiernos sino que también los consumidores, comercios y la sociedad en general pueden jugar un papel importante para alcanzar una mejor gestión de los recursos hídricos.
Cuidar el agua es responsabilidad de todos.
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